No solo en el jardín de verano, también en el salón las hamacas despliegan todo su potencial de comodidad, donde pueden usarse todo el año sin importar la lluvia ni el frío. Por ejemplo, pueden colgarse ante la puerta del balcón, como indica la foto. O en el cuarto de los niños, la sala de trabajo...
Incluso aunque la vivienda sea pequeña, se puede ganar en calidad de vida. Lo más importante es la distribución de la habitación, no su tamaño.
Práctico: cuando no se necesita durante un tiempo, se puede descolgar con un mango.